Nombre: Mónica Robles - Colombia 🇨🇴

Ciudad: Ciudad de México.

Lugar: Villas Patriotismo.

Fecha: 10 de marzo de 2022.

Twitter/Instagram: @MonicaRo2020

Teléfono: 55 3952 8347, no sé si actualmente es el mismo.

Telegram: No lo sé.

Arancel: 3000 pesos.

Anticipo: No.

Forma de pago: Efectivo.

Tiempo acordado: 1 hora.

Rostro: No es fea, pero no es igual a la de las fotos.

Complexión: El día que la conocí muy descuidada, con sobrepeso.

Imagen (Photoshop): Mucho.

Abdomen: Plano.

Tatuajes: No recuerdo haber visto.

Cicatrices: No.

Estatura: 1.65 aproximadamente.

Accesible (se deja hacer): Nada accesible.

Oral a ella: No le hice.

Besos: Casi nulos.

Oral natural: Con condón.

Atención a los huevos: No.

Oral con baba: No.

Anal: No pregunté.

Terminado cuerpo: No pregunté.

Terminada boca/cara: No pregunté.

Extras: No.

Actitud: Horrible y nefasta.

Tema de conversación: Exageradamente quejumbrosa de la vida y parece que le caemos mal los mexicanos.

Puntualidad: Si.

Uso de celular: No lo tocó en toda la hora.

Calificación: 0 de 10.

Reseña

Estimados Cachondos:

Esta vez comparto con ustedes una de mis malas experiencia en el medio. Dos son las pésimas que he tenido, una es la que presento “aquí y ahora”, y otra, la vivida con Barbie Cristal, de ambas desconozco si estén activas. El encuentro con Mónica todo, absolutamente todo fue espantoso. La descripción la dividiré en número de decepciones que me generó esta dama desde que abrí la puerta. 

Primera decepción. – Esta “prestadora de servicios carnales” la había visto innumerables veces en diversas páginas y en la plataforma del “pajarraco azul. Su físico era demasiado sugerente, por lo cual decidí que ella fuera la indicada para que me extrajera el “néctar de la vida”.

Al abrir la puerta me llevé la primera decepción mundial porque para nada se parece a sus fotos. Es más grande de edad, su rostro es diferente y sus dimensiones desproporcionadas, dicho de manera coloquial: “estaba pasada de tamales”. Pasa y me dice que, si ya nos habíamos conocido, evidentemente no era así. La calentura me ganó y seguí, para ver si al menos su servicio era bueno.