
Raquel - Brasil 🇧🇷 🍑 6⭐
Nombre: Raquel - Brasil 🇧🇷
Ciudad: Ciudad de México.
Lugar: Villas Patriotismo.
Fecha: 7 de marzo de 2022.
Twitter/Instagram: Desconozco el actual.
Teléfono: Lo desconozco.
Telegram: No lo sé.
Arancel: 3500 pesos.
Anticipo: No.
Forma de pago: Efectivo.
Tiempo acordado: 1 hora.
Rostro: Guapísima
Complexión: Voluptuosa.
Imagen (Photoshop): No.
Abdomen: Plano.
Tatuajes: No recuerdo haber visto.
Cicatrices: No.
Estatura: 1.65 aproximadamente.
Accesible (se deja hacer): Muy accesible.
Oral a ella: No le hice.
Besos: Normales y atascados.
Oral natural: Sin condón.
Atención a los huevos: Sí.
Oral con baba: Sí.
Anal: No pregunté.
Terminado cuerpo: No pregunté.
Terminada boca/cara: No pregunté.
Extras: No.
Actitud: Hiperactiva.
Tema de conversación: Generales.
Puntualidad: Muy buena.
Uso de celular: No lo tocó en toda la hora.
Calificación: 10 de 10.
Reseña
Estimados caballeros:
El día de hoy quiero recordar con ustedes la aventura que tuve con Raquel, una brasileña que me despertaba mucha lujuria. Antes de avanzar se destaca que, metodológicamente hablando me es conveniente dividir la descripción en dos partes: por un lado, el “servicio sexual” que sí puede ser expresado de forma “objetiva” y así lo haré, y por el otro, la descripción de los atributos físicos de la dama. Esta parte la asumo como una percepción, como todos saben, “subjetiva” independientemente de que alguno pueda unirse a la misma.
Bien, Raquel me tenía loco porque de sus fotos, su rostro me encantaba, la forma de su cuerpo, de sus labios, su sonrisa, pero lo que me hacía hervir de calentura, eran sus “nalgotas”. Estas fueron las razones subjetivas, sí, porque en realidad nunca busqué información sobre su servicio. Lo “objetivo” no me importó como medio de prueba para determinar si contrataba su servicio o no.
Ahora, después de cuadrar la cita, cabe señalar que ella estaba en el gimnasio y yo ya estaba instalado, llegó rapidísimo, máximo diez minutos. Llegó y me dio el beso de cajón. Desde que llegó no paró de sonreír. Se metió a darse un “regaderazo” por obvias razones, pero rapidísimo. De esta “experiencia” me quedé con la sensación de que Raquel traía ganas de coger porque andaba bien prendida.