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Kim Gold (Kimita) - México 🇲🇽 🤑 7⭐

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9/1/2021
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Nombre: Kim Gold (Kimita) - México 🇲🇽

Ciudad: Zapopan, ZMG

Lugar: Motel Riazor (hab 84)

Fecha: 1 de septiembre de 2021

Twitter/Instagram: @kim_model1

Arancel: $12 mil

Tiempo acordado: 7 horas

Anticipo: 2 mil

Forma de pago: Transferencia y efectivo.

Imagen (Photoshop): Mucho más guapa en persona.

Rostro: No hay otro igual de bonito.

Complexión: Atlética, me fascina.

Abdomen: Planito

Tatuajes: Ninguno

Cicatrices: Leves

Estatura: 1.70

Accesible (se deja hacer): Casi de todo.

Oral a ella: Su cosita deliciosa.

Besos: Buenos, sin ser espectaculares.

Oral natural: Espléndido

Actitud: La mejor

Puntualidad: Como siempre, yo llegando apenas, ella bien.

Atención a los huevos: Devorados

Oral con baba: Deli, deli.

Anal: No fue necesario

Terminado cuerpo: Nalguitas o espalda.

Terminado en boca/cara: Esa vez no.

Extras: El oral natural me lo incluyó.

Uso de celular: Para mostrarme fotos.

Tema de conversación: De un montón de cosas, fueron 7 horas.

Calificación: 11/10

¿Repetirías? Si fuera gato, lo haría en las 7 vidas.

#CandyRank: 🍭🍭🍭🍭🍭🍬🍬

Reseña

"Abrazarte

Esperarte, adorarte

Tenerte paciencia

Tu locura es mi ciencia"

Carla Morrison

Prólogo

Recuerdo la emoción de los días previos, era como esperar la navidad otra vez. Todas las emociones se entremezclan: alegría, gozo, felicidad, nerviosismo. El volver a ver a esa ragazzina, sería la sexta vez; además con privilegios recuperados: oral sin plástico.

Cabe aclarar este punto, para mí es normal, lo del oral de esta manera. Todas las empresas dan recompensas a sus mejores clientes o los más leales. Esperé un montón de meses para volver a verla, para estar un montón de horas. Y desde que la conocía solo la veía a ella, no es raro recibir estas pequeñas recompensas; así es de que no sean envidiosos.

La noche previa, la última de agosto, la emoción a mil. De dormir, ni de milagro. Solo dormitar, por aquellos tiempos estaba leyendo el libro de Macario Schettino: "Cien años de confusión"; hasta de eso me acuerdo. Supuestamente dormir temprano, pero lo difícil era conciliar el sueño. Siempre con Kimita era lo mismo.

Día del entierro

Ese día, pues no pude dormir bien; había cancelado todos mis compromisos. Kimita era lo único que quería saber esa maravillosa mañana, me levanto, me aseo y me preparo. Me acosté para intentar dormir un rato, puse la alarma a las 11:10, la cita era a las tres de la tarde. Por cierto, todavía tengo la alarma a esa hora, todos los días, de lunes a viernes suena la alarma a esa hora, y Kimita aparece en mis pensamientos; valió.

Ya salí de casa, ir a comprar unos libros que quería regalarle. Un calor infernal aquel día, mucha humedad, Guadalajara, me fascina el calor. Llegar casi a las tres al Riazor, habitación 84, la primera vez que la pedía. Pido algo de comer, hacía horas no probaba bocado.

"Llegué"

Veo en el celular, era ella. La comida apenas había llegado, se oyen los tacones en las escaleras. Otra vez Kimita se acerca, y como siempre, el corazón no cabía de emoción. Tok, tok, tok, el ir a abrir la puerta. Y allí estaba ella, la niña más bonita del mundo, una vez más. Una sonrisota de su parte, abre sus brazos invitándome a abrazarla. Lo mejor de la vida, abrazar a Kimita.

Llega, se sienta en la mesita de la habitación, termino de comer. En lo que como nos ponemos a platicar como dos viejos amigos, como si nunca nos hubiéramos peleado ni bloqueado ni nada de esas cochinadas. Enseguida pasar a darme otro baño rápido, lavarme la boca y demás.

2da parte

Enseguida todos encuerados nos metimos al jacuzzi, jugar con Kimita esos juegos tan divertidos, ella agarrándome la verija, jugando con mi rifle y demás. Salimos del jacuzzi y a coger, muchas posiciones; Kimita cada vez más deliciosa, con todo el entrenamiento de aquellos días.

"¿Ya se me marca la cinturita?"

Perfecta, y además con el espejo a un lado, ella admirándose en toda su perfección. Pues yo como niño con juguete nuevo. Luego me aplica la liquidadora, ella se monta y con sus movimientos frenéticos a intentar liquidarme. Nunca lo ha logrado, soy invencible con ella, jajajajaja.

"Vamos a hacer esto"

Yo le decía, que me dejara dispararle mi lechita desde la orilla de la cama, ella un poco con las piernas levantadas y hasta donde llegara. Yo la verdad esperaba alcanzar a llegar más allá de su par de melones, igual hasta a su carita llegar. Ella sabía que yo era un poco trampocillo y no quiso, negociamos bajarnos al suelo; ella me mamaba las bolitas, delicioso todo aquello. Yo viendo hacia abajo, su carita toda bonita, sus nalgotas y demás. Me dejé ir sobre el piso, leche por todos lados.

Después de eso, ya había pasado mucho tiempo, nos recostamos a platicar. Yo a acariciar una y otra y otra y otra vez sus cejas, sus orejitas, su frente, mientras con la otra mano su espalda, sus nalgas perfectas y todo aquello. Luego empezar a jugar, ella a agarrarme el pito y yo a meter mis dedos en su conchita, parecía ventosa, sentía que se los iba a tragar.

Luego unas mamadas divinas de ella, atención a mi longaniza y a mis pequeñas esferas, esa Kimita tiene una maestría para el oral, exquisito todo. Ya pasamos a los entierros, posiciones varias. La de perrito, estar detrás de ella, de tremenda retaguardia, dándole una y otra vez tremendas estocadas: maravilloso.

Luego terminar, mamadas y lengüetazos en mis aguacates, el da, da, da, da, da, de Kimita, huevos babeados. Y aventar toda mi lactosa sobre la cama. No quise mancillarla esa vez.

Enseguida pedir de comer, el compartir alimentos juntos, ella come la mitad de mi platillo y yo hago lo propio con el suyo. Sushi fue lo que comimos, a ella siempre la dejaba elegir. Pedía cosas muy sabrosas.

Después de comer, comenzamos a cachondear; yo la abrazaba en posición fetal. Lo hacía de un modo, de otro y de infinidades más.

"Ay mi bracito"

Decía ella imitando una voz de niña, las carcajadas, las risas de los dos, ya todo era complicidad, camaradería, ese grado de compenetración con muy pocas personas. Pasamos a jugar un rato en el jacuzzi.

Hasta la coronilla

Ella entra primero, yo me siento en la orilla del jacuzzi, ya traía la escopeta casi completamente enhiesta, tiesa, dura; ella lo nota y de pronto se acerca y se la clava toda en su boquita; gag, solo se escuchó ese sonido que brotaba desde su garganta.

"Vergas"

Atiné a decir solo eso, ella con una mirada de diablilla juguetona, le daba unas mamadas, dejaba mi falo todo baboseado, se alejaba bastante y veía de reojo; regresaba, se acercaba poco a poco y de nuevo se la clavaba toda; fueron varias veces así, el pito donde la veía venir se ponía todo tieso esperando ser completamente engullido, devorado, tragado, zarandeado.

3ra parte

Después de eso comenzamos a platicar, los juegos de Kimita, le encanta calentar sin terminar la faena, coqueta como ella sola.

"Certeza"

Esa vez me dijo que esa era su palabra favorita, y si creo, después de todas las incertezas que ha vivido a lo largo de su vida; normal que lo que busque sea siempre eso.

"¿Me dejas poner reggaeton?"

Nunca me he negado a que ella ponga la música a la hora de los entierros, pasaba una canción tras otra. Ella viéndome con una mirada que nunca olvidaré: la combinación de coquetería, seducción, calentura. Ella siguiendo la letra de las canciones.

Cuando no le gustaba una canción la cambiaba; su celular estaba detrás mío, cuando cambiaba de canción ella se me encimaba y me repegaba todo; pues mi berenjena bien contenta. En eso sale la canción "Loquita"; ella la cantaba y se me quedó encimada. Se movía al ritmo de la música, se daba unos tallones de locura. Yo solo pensaba:

"<Se la va a clavar, se la va a clavar>"

Rogando a Dios que se ensartará sola, pero no pasó. Coronar de esa manera hubiera sido la cereza en el pastel. Ya no faltaba mucho para terminar la cita.

"Unas mamaditas"

Me dijo que sí, otras deliciosas succionadas y a deslactosar. Ya quedaba poco para terminar, lo de siempre; se fue al baño a ducharse. Verla junto al espejo arreglarse; playera o blusa muy larga, hasta la mitad de la pierna, botas hasta la rodilla, cabello recogido.

Enseguida yo a cambiarme, a ella no le gustaba que yo me quedara solo en el motel. Un abrazo infinito ya para despedirnos, un beso en los labios y ella me da uno en la frente. Ella iría a una fiesta con sus amigos "que me caen tan bien", después del entierro.

Epílogo

Avisarle cuando llegué a casa, como me había dicho, luego su respuesta. Al día siguiente, jueves, ella hace una dinámica de preguntas y respuestas en aquel grupo suyo de Telegram, el que ya desapareció, la idea surgió en nuestro naciente grupo de Tips que luego sería la Candy. Una dinámica muy chingona.

Yo al mismo tiempo estaba escribiendo la reseña de ese encuentro. La acabé casi cuando se terminó la dinámica, fue esa vez que le comencé a decir "Kimita"; fue el título de aquel escrito. Yo se lo mando, y lo deja en visto; sabía que después cuando estuviera ya sola en su cama lo leería, la conocía bien.

"Estas son lágrimas de felicidad"

Veo el mensaje junto a una foto que me mandó, se veía una parte de su carita, las lágrimas surcando sus mejillas. Pues yo, que puedo decir, hagan ustedes sus cuentas, aquí seguimos 15 meses desde entonces.

Un año después de todo aquello, las esperanzas escasas. Solo recordar aquella Kimita cantando y bailando al son de la música:

"Loquita, me encanta cuando te lo quitas, me he vuelto fan de esa boquita. Tú estás pa' llevarte a la playa..."

FIN

Candy Rank

🍭🍭🍭🍭🍭

Hubo una vez una chica mexicana con la cual era mágico pasar muchas horas, después, pues vinieron los despueses. Ella, simplemente hacer lo normal: aumentar su productividad, trabajar poco y ganar mucho; todo demasiado mecánico. Pero eso no borra que hubo un tiempo en que fue la mejor.

#TiemposQueNoVolverán

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