Forma de pago: Efectivo, depósito y transferencias.
Tiempo acordado: 7 horas
Rostro: El más hermoso
Complexión: Atlética, perfecta
Imagen (Photoshop): Es mejor en persona.
Edad aproximada: 25 en esa fecha
Abdomen: Plano, como tabla de surfear.
Tatuajes: Ninguno
Cicatrices: Pequeñas, nada del otro mundo.
Estatura: 1.69 m
Accesible (se deja hacer): De todo esa vez.
Oral a ella: Delicioso, sabe a cielo 🤤
Besos: En esa ocasión de mi top 5. Los más tiernos en mi vida.
Oral natural: Sí, perfecto. Esa vez por un extra de 1,000.
Atención a los huevos: Cromados, pulidos y encerados.
Oral con baba: Más que suficiente.
Anal: Esa vez no me lo dio, me quedé con las ganas.
Terminado cuerpo: Sí, en sus nalgotas deliciosas.
Terminado boca/cara: Esa vez se abrieron las puertas del cielo, mil por fertilizar su carita divina.
Extras: Mil por el oral natural y otros mil por salpicar su rostro angelical.
Actitud: Más que excelente.
Tema de conversación: De todo, me encantaba hablar con ella.
Puntualidad: Llegó unos minutitos tarde, pero se fue algo después.
Uso de celular: Lo necesario, estuvimos más de siete horas.
¿Cumple con el tiempo pactado? En esa ocasión hasta un poco más.
Calificación: Perfecta y con mención honorífica.
¿Repetirías? La esperaría 40 eternidades si fuera necesario.
#CandyRank: 🍭🍭🍭🍭🍭🍬🍬🍬🍬🍬
Reseña
Para:
El Patrón @valerioct, ya casi año y medio. Gracias por tus consejos. Eternamente agradecido.
Prólogo
Había visto a Kim, Kimita de cariño, el 20 de octubre; pasó todo noviembre, mi cumpleaños, entre otras cosas. Ella se iría de gira a CDMX y a Querétaro a principios de diciembre, poco antes nos pusimos de acuerdo para vernos; otra vez en miércoles, sería el cuarto "Miércoles con Kimita". Faltaba casi un mes, hasta el 22 de diciembre.
Ella se fue de gira, yo quería verla más veces y le mandé un mensaje para verla dos días seguidos. No me entendió bien, además empezamos con las tensiones de siempre por los anticipos:
"Ya me están pidiendo ese día"
Lo de siempre, pero de alguna manera u otra lo resolvíamos. Por esos días, por andar escuchando chismes y tonterías de Christian, ojalá y se encuentre bien; se me hizo tarde y por las prisas perdí mi cartera con algunos miles; adiós a intentar verla dos días muchas horas.
Se fue acercando la fecha, me escribía con ella por Instagram, me había seguido ya, una señal clara de que al fin sería aceptado, otra vez. A muchos fulanos que solo la veían una vez y una o dos horas los aceptaba, a mí, pues era yo, ella tenía su punto de vista y yo el mío. Un día antes de vernos, le deposité otros cinco mil, ya iba más de la mitad.
"Por siete horas otras veces me cobrabas 12 mil"
Me animé a decirle, es que me había dicho que serían 15 mil por siete horas, yo le dije que nos viéramos siete horas y media, pero al final me dejó las siete horas por los mismos 12 k.
"Y si nos vemos mejor por la mañana"
También me propuso eso, yo solo pensé: "Seguro es para ver a otros por la tarde". Al principio le dije que sí, pero después reflexioné y le dije que hacía mucho frío por la mañana, que mejor por la tarde. Ella aceptó, raro, me estaba aceptando todo lo que le proponía. Después de más de dos meses...
El día del entierro
Lo de siempre, salir de casa ya bañado y listo; huevos y pito impecables. Llegar de pasada a la Gandhi que está cerca de Andares, un tráfico de los mil demonios; compras navideñas y esas mamadas. Cuando estaba en la librería:
"¿Ya entrenaron?"
Ahí estaba ella publicando en su grupo de Telegram, no se había conectado en su teléfono de trabajo en toda la mañana. Ya me empezaba a preocupar, pero ahí estaba dando señales de vida; sobra decir que se veía espectacular con aquel oufit rosa pastel o un color parecido.
2da parte
Yo no había dicho nada de que estaría con ella, "el que come callado come dos veces". Pedir el Uber, decirle al buen chofer por donde se fuera para llegar más rápido, la ciudad estaba hecha un caos, ya era casi la hora de vernos.
Poco antes de llegar le digo que ya estaba instalado, después salía con sus cosas de que hasta que estuviera instalado ella saldría, ni que no le hubiera depositado ya más de la mitad y tantas veces que nos habíamos visto.
Llego al motel, dejo mis cosas, todo preparado: Regalos, dinero, una última aseada. "Espera a una señorita", y lo de siempre. Era la primera vez que nos veríamos desde que ella había comprado su nueva camioneta. Abrir una vez más la puerta, llegó divina: vestido de noche, esta vez no llegó con su vestimenta raver.
"Te tengo tres regalos"
Llegó diciendo, uno de ellos era la comida: ceviche con germinado de lentejas, preparado por ella, otro pues era el vestido nuevo que traía y la lencería. Ese día, me hizo sentir muy especial. Al único que se cogería en el día, lencería y outfit solo para mí. Se acuesta en la cama, comenzamos a platicar y a abrir nuestros regalos. Ella me comenzó a platicar algunas situaciones que le habían pasado, sus lágrimas corrieron por sus mejillas.
"Luego se molestan si platicamos"
Lo mencionó, sintió que quizás estaba platicando mucho; pero esa vez no lo sentí así. Teníamos siete horas por delante.
"Estoy pensando en aceptarte otra vez en Instagram"
Me hizo prometerle que no haría cochinadas si me aceptaba.
"Mírame a los ojos"
Esa promesa si se la cumplí, nunca hice nada malo en los más de cuatro meses, antes de que todo se fuera a la verga. Como sea, ya pasé al baño a darme un último regaderazo, salgo: !Oh sorpresa¡ Toda bonita, esplendorosa, con un baby doll rojo; dijo que lo estrenaba solo para mí.
Comenzamos a cachondear, algunos besos, y que se baja a mamar: fascinante, delicioso, épico, inolvidable. Por cierto, cuando estábamos con lo de los pagos, yo vi que no estaba contenta, por lo del oral natural que ya no me lo cobraba como extra. Yo le di mil pesos más de los acordados, bien se lo merecía; era un manjar recibir esas succionadas en el señor salchicha y en mis pequeñas bolitas.
"Yo también quiero jugar"
Me dice después de durar un buen rato chupándome todo allá abajo, me pone el condón y se monta. Le fascina esa posición, como se desploma después de terminar, luego darle de perrito. Comienzo a querer acariciar su sublime puerta trasera, le hago un comentario si alguna vez me volvería a dejar entrar por ahí, como en los primeros tiempos. Esa vez estaba muy negada.
"¿Cómo lo tengo? Grábame"
Kimita y sus ocurrencias, quería saber como tenía su culito, yo solo pensaba: "Seguro que quiere que cuente sus arrugas". Ya lo grabé en lo que le daba, claro, con su celular; ya le di el teléfono y empezó a ver como era su recoveco trasero. La chica ocurrente de muchas veces. Enseguida negociar donde terminar, me dejó embarrarle todas sus nalgas; después limpiárselas con la toalla.
"Te encanta vérmela"
Cuando nos íbamos a meter al jacuzzi eso me dijo, era la primera vez en decenas de horas que le vía la cicatriz del abdomen, y hasta el momento ha sido la única. Siempre soñé con besársela y acariciarla, pero ella conmigo todo el tiempo fue muy insegura con ella, me sabría algo seguramente.
Después de platicar un rato en el jacuzzi, acariciarnos, darme una de sus tradicionales mamadas submarinas, donde se la metía hasta la garganta. Regresamos a acurrucarnos a la cama en lo que llegaba la comida, el germinado no nos iba a alcanzar.
"Déjame a mí"
Me dice después de tratar de forzar besos más intensos. Yo solo me dejé llevar, lo mejor de todos los tiempos: los besos de esa vez con Kimita; tiernos, suaves, intensos, apasionados, cariñosos. Había tenido besos atascados, puercos, pasionales, intensos; pero como esos, pues nigunos. Así estuvimos por mucho tiempo besándonos y acariciándonos.
3ra parte
"Me gusta mucho como me acaricas"
Con una mano recorriendo su frente, tocando una y otra y otra vez sus cejas, su frente, sus orejitas, pasando su cabello por detrás de ellas; con la otra recorriendo toda su espalda y llegando una y mil veces a sus descomulanes cosotas que llevan por nombre: Kimotas. Siempre me decía también que le gustaban mucho mis manos calientitas.
Ya llegó la hora de la comida, nos compartimos todo, como siempre. El germinado estuvo muy bueno, además el sushi y lo que ella pidió, muy buena siempre para elegir que comer; yo solo me dejaba llegar. Después de comer otra vez comernos a besos, coger un rato; arrodillarme frente a ella en lo que me pulía las nueces; deli, deli. Terminar otra vez. Nos fuimos otra vez al jacuzzi.
"¿Cuánto me das por terminar en mi cara? Que de todos modos el pelo ya se me mojó"
Yo sentí que se abrían las puertas del cielo, una vez más. Aquella vez, la segunda que nos vimos, que me iba a dejar hacerlo, pues no fue porque traía pestañas nuevas; aunque me descargué varias veces en otro lado. Pero esa fue otra historia.
"Hasta te brillan los ojitos"
Después de esa propuesta, casi me muero de la emoción. Ya le ofrecí otros mil pesos y ella aceptó, se va al baño y yo me voy a la cama, a esperar el momento de por fin terminar en esa carita tan bonita.
"Esa Kimita yo la amo"
Le mandé mensaje a mi buen amigo el Patrón, eso era la felicidad total. Sentía como si estuviera haciendo angelitos en la nieve, yo acostado en el colchón esperándola para hacer lo que siempre había buscado. Ya sale ella, nos ponemos a cachondear otro rato, besos, muchos; caricias, otras tantas. Nos vamos al jacuzzi. Unas cuantas mamadas más, yo me pongo de pie; ella chupándome los huevitos: lengüetazos, mamadas, caricias, lamidas. Y de pronto el gran momento, sentí el cosquilleo:
Preparen, apunten, fuego
Ahí estaban dos grandes chisguetes, uno en cada lado de su cara. Kimita cieguita, prueba superada. No hubo necesidad de llevarla a lavarse, estábamos en el jacuzzi. Después de esto ella se metió a bañar, y lavarse el cabello. Saliendo todavía nos faltaba como media hora. Nos anidamos otro rato, besos y más besos. Esa vez yo creo Kimita estuvo mejor que nunca. Así hay ocasiones: todo absolutamente todo funciona de manera armónica y perfecta.
"Cada vez nos entendemos mejor"
De las tantas cosas que me dijo, ella conocía lo que me gustaba, yo sabía lo que a ella le agradaba. Que buenos tiempos fueron aquellos, como para que el tiempo se hubiera quedado congelado.
"Ah"
Me hizo ese comentario, ella ya iba a mamarme el pito y las bolitas, cuando le dije: "Otros besitos"; creía que yo me refería al oral, pero no, era a los besos tan deliciosos de esa vez. Besar esos labios espléndidos por horas fue de lo mejor que me haya pasado nunca. Ya terminar. Verla arreglarse, todo con calma y sin prisas.
"Me avisas cuando llegues a tu casa"
También me había pasado su número personal de esa vez, bueno, ya lo sabía. Mi buen amigo Saúl ya me lo había pasado. Luego cambió de número y también me lo pasó. Unas de sus últimas palabras:
"Nos vemos en enero..."
Epílogo
Pasó enero, febrero, y casi todo marzo; para por fin volver a verla. Ya eran las cosas muy diferentes, yo no supe leer entre líneas. A ella ya solo le interesaba sacar el máximo rendimiento a las pocas horas que trabajaba aquí en Guadalajara. A mí me quería más como amigo, como un apoyo. Todo se fue arruinando poco a poco. Esa será otra historia.
Finales y despedidas
Ya el resto ha sido un final, un epílogo muy, pero muy largo: reproches, despedidas, adioses, hasta nuncas, despedidas eternas, pero también esperanzas, certezas, emociones, ilusiones. La vida misma.
Si no hubiera pasado todo lo que he vivido a su lado, nunca apreciaría lo perfecta que fue aquella tarde de finales de aquel maravilloso año: 2021, el año de Kimita. Cuando lleguen lo momentos tristes siempre recordaré estar abrazado a ella como si todo, absolutamente todo girara en torno a aquel momento.
"Darling can we freeze? Let me save this perfect memory"
FIN
Candy Rank
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Una historia, como todas, con vivencias de todo tipo. Dos personas que se encontraron y vivieron una historia más, una historia de tantas, una historia extraordinaria.
