
Dania Mendoza 🔥 4⭐
#DaniaMendoza #CDMX
• Diva: Dania Mendoza
• País de origen: Mexicana (somos paisanos).
• Servicio incluye: Servicio normal, una hora relaciones ilimitadas, trato de novios, todo con preservativo.
• Arancel: $3,500
• Lugar: Villas Patrismo
• Fecha: 19 de abril 2025
• Puntualidad: 10 Llegó puntualísima.
• Reseña: El tráfico estaba sorprendentemente ligero, probablemente porque era sábado de gloria. Al abrir la puerta, me sorprendí con su presencia: una mujer guapísima, con una mirada que atrapaba y un rostro que simplemente encantaba.
Platicamos un poco para romper el hielo. En medio de la conversación, me preguntó con una sonrisa pícara qué prefería: el conjunto de lencería que traía o el diminuto hilo negro que ya llevaba puesto. Elegí el hilo sin pensarlo mucho. Desde ahí, todo fluyó. Empezamos con caricias suaves, besos lentos… Sus labios eran un vicio, de esos que te hacen olvidar el mundo.
El momento nos fue envolviendo. Se acomodó a mi lado y fue bajando lentamente, tocándome, besándome, explorando cada rincón de mi cuerpo hasta llegar a ese lugar donde el placer comienza. Su forma de reaccionar, con esos suspiros y gemidos que escapaban de ella, me dejaron claro que ambos lo estábamos disfrutando al máximo.
Cuando fue su turno, se deshizo de mi bóxer y con una mezcla de ternura y experiencia, me hizo sentir cada roce, cada beso. Era imposible no perderse en ella.
Luego se colocó encima de mí. Ver su cara desde ahí, con esa expresión entre placer y entrega, fue una imagen que no se me va a borrar. No duré mucho la primera vez, lo admito, pero aún quedaba más por compartir.
Después de unos minutos retomamos la acción, esta vez en vaquerita. Pasamos a perrito al filo de la cama, donde su figura se veía espectacular. Empecé despacio, sintiendo cada parte de ella, hasta que la intensidad fue creciendo sola, llevándonos a un ritmo salvaje y delicioso.
Ambos sudábamos, perdidos en el momento. La puse boca arriba para seguir en misionero, mientras besaba su pecho y observaba cómo se dejaba llevar por el placer. Ella me pidió que volviéramos al perrito, y ahí, entre sus movimientos y gemidos, todo alcanzó otro nivel.
Antes de irse, se duchó, se arregló, y nos despedimos. Me quedé con el sabor de sus labios, deseando un poco más.