
Esmeralda - Colombia 🇨🇴 😉 4⭐
Nombre: Esmeralda - Colombia 🇨🇴
Ciudad: Querétaro
Lugar: Montecarlo
Twitter: @Esmeraldajoya03
Arancel: $3,000
Imagen (Photoshop): Prácticamente nada
Accesible (se deja hacer): Muy accesible y complaciente
Oral a ella: Es muy limpia, y la tiene bien bonita
Besos: Buenos
Oral natural: Oh, sí
Tiempo acordado: 1 hora
Actitud: Cálida y amigable
Puntualidad: Impecable
Atención a los huevos: Escasa
Oral con baba: Regular
Anal: No hubo
Terminado cuerpo: No pregunté
Terminado cara: No pregunté
Terminado boca: No pregunté
Extras: Anal mencionado en la info
Uso de celular: Nulo
Tema de conversación: Lo usual
Calificación: 8/10
¿Repetirías?
Probablemente no
#CandyRank: 🍭🍭🍭🍭
Reseña
Cada vez disfruto más de los encuentros bien planeados. Apartar un horario como si fuese un compromiso ineludible para no andar con prisas ni arriesgar que no te conteste a quien buscas cuando te desocupaste y andas jarioso. Algo que he aprendido de este grupo. Le escribí un día antes, y me decidí por la info que me dio, las dudas que me resolvió, y la calidez con la que reaccionó a un chistorete por whatsapp. Llegó puntualísima, oliendo a vainilla, como una crème brûlée, y muy sonriente. Alta, nalgotas, chichotas, y guapa.
Intercambiamos saludos y cumplidos mutuos, y comenzamos a besarnos. Fueron buenos, mas no apasionados. Nos quitamos la ropa, la cargué a la cama, le bajé su tanguita y me dirigí a su flor. Por lo general no hago eso, pero leí en su rostro que lo quería y me metí en el papel. Pulcrísima de sus partes, ningún olor extraño. Es más, hasta creo que ese perfume avainillado provenía de entre sus piernas (licencia poética). Un rato ahí abajo y le dije que era mi turno. La puse de rodillas y me la empezó a mamar (sin). No es su fuerte, temo decir, aunque sí se la tragó completita unas 3 o 4 veces. Le dije que también me besara los huevos, me dijo que no le encantaba, pero lo hizo brevemente. Pasamos de nuevo a la cama, se subió encima de mi y comenzaron los sentones. Luego de misionero, piernas al hombro, luego de nuevo encima de ella, cuerpos pegados. Le daba buenas embestidas y sus gemidos incrementaban y me excitaba más y más, pero disminuían los besos. Es que nuestras lenguas ya estuvieron allá abajo, me dijo. La puse en cuatro y empezamos despacio, un poco más de ritmo, nalgadas, gemidos, jadeos y sudor, y se la dejé ir toda con furor, y me vine al sonido de nuestras carnes pegando, como quien corre con chanclas o aplasta milanesas. Qué polvazo amor, me dijo, y estuve muy de acuerdo. Habían pasado como 30 minutos.