Nombre: Alanna - Venezuela 🇻🇪

Ciudad: CDMX

Lugar: Hotel Le rêve

Fecha: Junio 2022

Twitter o Instagram: No tiene, contacto a través de Geisha Academy

(https://geisha.academy/alanna-escort-mexico/)

Arancel: 6000 por dos horas

Imagen (Photoshop): Cero, es la de las fotos

Estatura: 1.70

Accesible (se deja hacer): No

Oral a ella: No pregunté

Besos: Ni remotamente

Oral natural: No

Tiempo acordado: 2 horas

Actitud: Distante

Puntualidad: Llegó media hora tarde

Atención a los huevos: No

Oral con baba: No

Anal: No pregunté

Terminado cuerpo: No pregunté

Terminado cara: No pregunté

Terminado boca: No pregunté

Extras: No pregunté

Uso de celular: Sí

Tema de conversación: Casi nulo

Calificación: 2

¿Repetirías? Jamás

#CandyRank: 🔥💵🔥

Reseña

Ya que les conté de mi buena experiencia con Geisha Academy, toca la mala. Quería repetir con Gina pero estaba fuera de la ciudad, así que pedí sugerencias al whats de la agencia. De las 3 que me hicieron elegí a Alanna: altota, pechugona, venezolana, 26 años (según), pintaba bien. Además, supuestamente los precios corresponden al nivel de servicio (basado en encuestas de satisfacción) y como ella cobra más que Gina esperaba que fuera superior. El día de la cita me escribieron para avisarme que Alanna ya iba en camino y yo ni siquiera había salido de casa aún. Llegué al hotel poquito antes de la hora acordada y mandé el número de habitación… pasaron los minutos y nada. Pregunté si todo bien y me reenviaron una foto del acceso al hotel en coche, al parecer le estaban demorando ahí. Finalmente llegó conmigo casi media hora tarde. La recibo y se ve muy bien, de cara y cuerpo me recordó a la pornstar Yorgelis Carrillo y ya me estaba preparando para un entierro épico, pero desde el principio la sentí distante. Yo siempre dejo el dinero sobre el mueble para que lo tomen en cualquier momento, muchas lo dejan hasta el final pero ella lo tomó desde que llegó, lo contó y lo guardó en su bolso.

Se sentó en la cama lejos de mí, medio quise hacerle la plática pero no fluía. Me preguntó si quería un masajito y acepté, pensando que sería una buena manera de romper el hielo. Mientras masajeaba mi espalda (bastante bien) seguí haciéndole preguntas, me dio la impresión que de no hacerlo, ella se quedaría en silencio. Eventualmente se detuvo y se levantó para desnudarse, yo hice lo propio. Sonó su celular y se paró a revisarlo, preguntó si me importaría que contestara pero a la mera hora no lo hizo. Ya desde ahí me empecé a sentir incómodo, se notaba que ella quería mantener la mayor distancia posible, cero besos, ella me tocaba pero no recibía de buen agrado mis caricias. Me dijo que no le gustaba el sabor del condón, me lo dio a oler para que me diera una idea de qué tan desagradable ella (yo sólo pensé que en dado caso, debería cargar con sus propios condones, usar un lubricante con sabor rico o de plano prescindir de él para el oral). Luego luego me puso el condón y me hizo un oral breve y sin inspiración. Después me montó y estuvo así un rato, siempre con los ojos cerrados. Más adelante la puse en cuatro pero fue igual, la sentí distante todo el tiempo. Luego intenté misionero y nada cambió. Le besé el cuello y la sentí toda tensa, como estaba con los ojos cerrados se sobresaltó cuando le cayó en el pecho una gota de sudor mío. Se quejó de que me estaba tardando mucho y me reclamó por bajar el ritmo para durar más, aunque le expliqié que lo hacía porque me cansaba y prefería cambiar de posición. Ella no llevaba condones y se le acabó el lubricante, entonces accedí a que me masturbara para hacerme terminar. Se sentó de espaldas a mí, sin verme mientras me la jalaba. Yo le acaricié las tetas y me concentré en sus movimientos para venirme. En cuanto terminé, se paró y se metió a la regadera. El acto sexual habrá durado a lo mucho unos 35 minutos. Cuando salió de la regadera decidí ducharme para estar limpio, sin lubricante ni sudor para un segundo round, pero vi que ya se estaba vistiendo.